Pocas cosas hay tan apasionantes
como el lento galope de un caballo,
Despacio, dejándote sentir,
tranquilo, candente... sin prisas...
Aquí te dá la oportunidad
de aprender a disfrutar de su movimiento.
Te espera y te da tiempo,
te invita a saborear el momento,
su potencia,
la reunión de todas sus fuerzas
y el deseo de satisfacerte.
Controlar sus ganas de correr
y las invierte en elegancia.
Tiene tiempo de perfeccionar
cada uno de sus trancos,
y consigue intervenir en este momento,
déjale que se entregue,
y agradécele lo que te esta ofreciendo
de la misma forma que él.
Manten tu asiento relajado,
tus manos tranquilas,
la mirada en el horizonte.
Y él se sentirá orgulloso,
se sentirá poderoso
de haber conquistado tu corazón
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